Os traemos una entrevista realizada a Audrey Diwan, directora de El acontecimiento. Película que estrenamos en las salas de Proyecto Viridiana el 10 de marzo a las 19h (18h en Canarias) con posterior coloquio desde Cines Lys. Reserva ahora tus entradas para El acontecimiento.
¿Por qué adaptar esta novela hoy?
Sospecho que me van a hacer esa pregunta a menudo, aunque la verdad es que me asombra. Dudo que ese tipo de pregunta se formule sistemáticamente a quien decide hacer una película de época que aborde un tema social o políticas del pasado. Y cuando uso la palabra “pasado”, dejo de lado todos los países en los que el aborto sigue prohibido por ley. EL ACONTECIMIENTO se refiere a un período de nuestra historia del que no suele hablarse. Pero a mi modo de ver, una película no puede limitarse a su tema. De lo contrario, ¿por qué no hacer un documental? Con EL ACONTECIMIENTO, quería sondear los sentimientos, centrarme en el suspense íntimo que va in crescendo a medida que avanza la historia. A medida que pasan los días, el horizonte se encoge y el cuerpo se convierte en una prisión. Pero el aborto no es el único tema de la película. Mi protagonista Anne es una renegada social. Proviene de una familia de clase trabajadora. Es la primera en ir a la universidad. El ambiente de la facultad es más burgués, con códigos y una moral más estrictos. Anne pasa de un mundo al otro mientras guarda un secreto que podría acabar con todas sus esperanzas. A los veinte años ya estás buscando tu lugar en el mundo. ¿Pero cómo lo haces cuando tu futuro está permanentemente en riesgo?
Anne está rodeada de hombres jóvenes. ¿Cómo los creaste?
Los hombres, jóvenes o menos jóvenes, son cruciales para el desarrollo de Anne. No quería emitir un juicio sobre mis personajes. Los abordé tal y como eran: un reflejo de la época que les tocó vivir. Jean, un estudiante amigo de Anne (que interpreta Kacey Mottet-Klein), intenta obligarla a besarle diciendo: “No hay riesgo, ya estás embarazada”. Veo eso como un total desconocimiento del “otro sexo” en la Francia de los sesenta. En aquellos días, la responsabilidad de un embarazo incumbía a la mujer que se quedaba embarazada y solo a ella. Los médicos con los que se cruza Anne no piensan lo mismo sobre el aborto. Aunque ninguno de ellos es un héroe, nadie que se rebele contra una ley injusta, no todos condenan el acto. Los personajes de mi película hacen lo que pueden de acuerdo con lo que saben y cómo se sienten.
Su sufrimiento, tanto físico como moral, es el centro de algunas secuencias tremendamente impactantes. ¿Qué enfoque les diste?
No voy a extenderme sobre las escenas hardcore de la película. No he querido provocar. Pero me parecía fundamental no apartar la mirada en esos momentos. Y por encima de todo, quería filmar de principio a fin, sin cortes. Me negué a filmar secuencias teóricas que explican por lo que está atravesando la protagonista, sin vivirlo nosotros mismos.
El concepto de tiempo determina el ritmo de toda la película que se desarrolla como una cuenta atrás. ¿Por qué elegiste contar las semanas que pasan utilizando superposiciones en la pantalla?
La novela original utilizaba un diario. Solía reflexionar sobre una frase del libro: El tiempo ya no era una serie de días que llenar con clases y papeles, se había convertido en una cosa informe que iba creciendo dentro de mí. Sentí esa urgencia a través de los contrastes: el mundo de los estudiantes despreocupados que disfrutan del amanecer frente a la carrera contrarreloj de Anne.
Lo notable de esta película es su insistencia en la idea de que los individuos deben tener un control total sobre sus cuerpos y sus almas. ¿No hay historia de amor porque te centraste totalmente en esa idea? ¿En la idea de que la protagonista no está enamorada?
Mi película no es sobre el amor, es sobre el deseo. El otro gran tema de la película, muy importante para mí, es el placer carnal. Anne lucha implícitamente por su derecho al placer. No me gusta la idea de que el placer de una mujer solo es aceptable cuando entran en juego los sentimientos. En ese sentido, hay una energía alegre y contemporánea en la historia de Anne. Siente tanta ira como deseo.
¿Lo que cuenta más en tu película es la libertad?
Para mí, la libertad en el cine significa romper las limitaciones, algo que encuentro aún más atractivo dado que mi película es muy contenida. La historia de Anne crea una especie de llamarada. Por eso era tan importante que “coge tus bolígrafos” sean las últimas palabras de la película que se escuchan por encima del sonido de un bolígrafo escribiendo sobre un papel. Ella misma escribe su historia, sin dejar que nadie más se la dicte.